La división de carriles, también conocida como filtrado de carriles, es la práctica de los motociclistas que circulan entre carriles de tráfico lento o detenido. Si bien actualmente es ilegal en la mayoría de los estados de los Estados Unidos, legalizar esta práctica tiene una serie de beneficios.
En primer lugar, dividir los carriles puede ayudar a reducir la congestión en las carreteras. En áreas con mucho tráfico, permitir que las motocicletas se muevan entre carriles puede ayudar a reducir el número total de vehículos en la carretera y mejorar el flujo del tráfico. Esto no sólo puede ahorrar tiempo a otros conductores, sino que también puede ayudar a mejorar la calidad del aire al reducir la cantidad de tiempo que los automóviles y camiones permanecen inactivos en el tráfico.
Otro beneficio de dividir el carril es una mayor seguridad para los motociclistas. Cuando las motocicletas quedan atrapadas en un tráfico intenso, son más vulnerables a ser atropelladas por otros vehículos por detrás. Al permitirles moverse entre carriles, los motociclistas pueden reducir el riesgo de verse involucrados en una colisión trasera. Además, dividir el carril también puede ayudar a prevenir accidentes por cambio de carril, ya que permite que las motocicletas se aparten del camino de los vehículos que están cambiando de carril.
Legalizar la división de carriles también puede beneficiar a la economía. Al permitir que las motocicletas se muevan de manera más eficiente en el tráfico, puede ayudar a reducir los tiempos de viaje y aumentar la productividad general de los motociclistas. Esto puede conducir a una mayor actividad económica y potencialmente crear nuevos empleos en industrias que dependen de la entrega oportuna de bienes.
Además, la legalización de la división de carriles también puede beneficiar al medio ambiente. Como se mencionó anteriormente, permitir que las motocicletas se muevan entre carriles puede reducir la congestión y el ralentí, lo que puede ayudar a mejorar la calidad del aire. Además, las motocicletas suelen consumir menos combustible que los automóviles y los camiones, por lo que permitirles moverse más eficientemente en el tráfico también puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
En conclusión, la legalización de la división de carriles tiene una serie de beneficios, incluida la reducción de la congestión, una mayor seguridad para los motociclistas, beneficios económicos y beneficios ambientales. Si bien puede no ser adecuado para todas las carreteras, permitir la división de carriles en ciertas áreas puede ayudar a mejorar la eficiencia y seguridad general de nuestras carreteras.